Muchas cosas han cambiado en el mundo en los últimos años. Pero podéis estar tranquilos y tranquilas, porque no os vamos a hablar de crisis económicas ni de pandemias mundiales. A lo que nos referimos es que ha cambiado de un modo tremendo la mentalidad de muchas personas. Especialmente se ha notado este asunto en lo que respecta a un asunto como el graffiti, que ha sido considerado como sinónimo de delincuencia durante muchos años (sin ningún tipo de motivo ni argumento) y que ahora es sinónimo de belleza y de originalidad.
Ni que decir tiene que no ha sido fácil llevar a cabo este cambio de mentalidad del que estamos hablando. Y no ha sido un cambio que se haya producido de un día para otro ni mucho menos. El graffiti ha pasado de ser perseguido y borrado por parte de las autoridades locales a ser un motivo de orgullo de una gran cantidad de ciudades en muchos países. Es uno de los signos más claros de modernidad, que es precisamente lo que intentan vender todas las ciudades. Todos sabemos que todo lo que suene a modernidad vende y eso es precisamente lo que busca conseguir todo el mundo en los últimos tiempos.
Vamos a repasar, de la mano de un artículo publicado en la web de El Periódico, las siete ciudades que son consideradas como las capitales del graffiti.
- La primera de ellas es Berlín. Una de las ciudades más importantes del mundo es un claro ejemplo de la potenciación del graffiti.
- Bristol, en el Reino Unido, es una ciudad que es mundialmente famosa, entre otras cosas, por un asunto como del que estamos hablando.
- También hay sitio para América, por supuesto. Santiago de Querétaro, en México, forma parte de estas siete grandes urbes del graffiti.
- Y también hay hueco para las nuestras. Madrid es una de las urbes que más ha apostado por el graffiti y que mayor cambio de mentalidad ha experimentado de un tiempo a esta parte.
- Melbourne, en Australia, una ciudad conocida principalmente por su torneo de tenis, forma parte de las que podríamos llamar como «las siete magníficas del graffiti».
- San Francisco, en Estados Unidos, no podía fallar a esta selección.
- Quizá sea la más sorprendente de estas siete, pero Teherán (capital de Irán) también se ha ganado un hueco en esta lista.
La cultura del graffiti se ha ganado un hueco en las principales ciudades de todo el mundo y ya es mayoritariamente aceptada en el planeta. De hecho, todo lo que rodea a esta cultura ha ganado peso en los últimos años. Desde Artespray nos han indicado que no para de crecer la cantidad de personas que adquiere sprays de todo tipo para intentar realizar sus propias creatividades y esa es una noticia que deja claro que se ha normalizado la presencia del graffiti en todo el mundo, ya no solo en las grandes ciudades. Sin duda, este es uno de los mayores ejemplos de modernización que existen a día de hoy en este mundo.
Un modelo de arte con mucho futuro
No nos cabe la menor duda de que el graffiti es uno de los modelos de arte que más visibilidad van a seguir teniendo de cara a los próximos años. Lo podemos intuir por el tipo de personas que suelen ser seguidoras de todo lo que está ligado al graffiti tanto en España como en otros puntos del mundo. Son muy jóvenes, lo que hace que sea posible imaginar un futuro en el que ya no solo el graffiti como dibujo, sino como cultura, forme parte de la sociedad.
Hay muchas personas que se encuentran identificadas con todo lo que estamos comentando y que no cabe la menor duda de que seguirán sintiéndose identificadas con ella por muchos años que pasen. La cultura del graffiti es una de las que más sentimiento de pertenencia generan entre las personas que forman parte de esa cultura y ese arraigo siempre es fundamental para conseguir que un movimiento, sea del tipo que sea, se alargue en el tiempo. Hay muchos movimientos que se originaron en el pasado y que, a causa de lo que venimos comentando, siguen siendo vigentes todavía a día de hoy.
Estamos seguros de que el graffiti va a seguir formando parte de la sociedad moderna en los años que están por venir. Desde luego, esta es una buena noticia para todos y todas. Y es que, gracias al graffiti, nuestras ciudades son más bonitas y agradables. Por otra parte, los valores del graffiti: los de libertad y solidaridad, hacen mucha falta a día de hoy en todo el mundo. Quizá sí hiciéramos más casos de esos se evitarían males como los que hemos tenido que escuchar estas últimas semanas en los medios de comunicación y que priorizan tirar bombas en lugar de hacer dibujos con spray.