Qué pueden hacer y qué no pueden hacer las mascotas

Las mascotas ya forman parte de nuestro día a día. Son ya seres vivos que pertenecen a nuestra familia y a nuestros quehaceres. Sin ir más lejos, el Congreso aprobó recientemente una proposición no de ley presentada por Ciudadanos en la que se pide al Gobierno una reforma del Código Civil para cambiar la consideración legal de los animales de compañía e impedir, por ejemplo, que sean embargables como cualquier bien material. Y es que muchas veces son también objeto de disputa en las separaciones.

Sin embargo, todavía hay muchas dudas sobre las cosas que están permitidas y qué cosas no están permitidas. Es decir, muchas preguntas sobre si pueden entrar en un bar, viajar en un avión, ir por un parque, etc. Vamos a intentar solucionar estas dudas.

En un divorcio

Son muchas las parejas que tienen una mascota en casa. Pero qué ocurre cuando ese amor se acaba y hay que separarse. Pues bien, en caso de divorcio, las mascotas forman parte del lote de bienes que se reparte el matrimonio. Si los cónyuges están casados en régimen de gananciales ambos comparten la propiedad de esa mascota, que es considerada por la legislación como «un bien mueble». Es decir que tiene el mismo tratamiento jurídico que el coche, el piso o los ahorros de la pareja. Tendrán que decidir si se queda en la casa o una de las dos partes se lo lleva.

La compañía del perro o el gato puede quedar, sin embargo, en manos de los hijos aunque sus propietarios sean la madre o el padre. Así lo establece la jurisprudencia. Aunque como suele pasar en la justicia, cada caso tendrá que ser analizado por el juez.  Cuando una persona compra una mascota es mejor que conserve la factura en la medida de lo posible, pues si está casado en separación de bienes puede demostrar que la mascota es suya y conservar su propiedad una vez que la pareja se separa.

Herencias

Seguro que muchas veces has pensado que todo lo que tienes te gustaría dejárselo a tu mascota, ya que las personas que tienes alrededor ni se lo merecen. La idea es buena, pero está prohibido. La legislación española no permite que los animales de compañía sean benefactores de herencias. Eso sí, algunas herencias están condicionadas al cuidado de la mascota de la persona que fallece.

Entrar en restaurante

Un caso muy habitual es el de querer ir a comer a un restaurante o tomar algo en un bar y no saber si el perro podrá entrar. La cuestión depende, normalmente, de las Ordenanzas Municipales de cada Ayuntamiento. Por eso lo que está permitido en una ciudad, no es aplicable a la ciudad más próxima, ya sabéis. Así que lo mejor es informarse antes de ir, o simplemente preguntar. Muchos establecimientos te ahorran ese paso porque colocan pegatinas en la entrada diciendo si admiten o no mascotas.

Muchos locales de restauración, al hacerles la pregunta, te dicen que está prohibido «por sanidad» pero en realidad no es así, al menos no normalmente. Conviene, siempre, consultar con el Ayuntamiento o analizar la Ordenanza de Tenencia de Animales. Lo que está claro es que hay que ir con mucha precaución.

Entrar en piscinas o en playas

En esta cuestión ocurre lo mismo. Hay piscinas que sí dejan la entrada de perros y otras no. Incluso en algunas playas se está fijando una franja de horario para poder ir con él. En otras, lo que te piden es que la mascota vaya en brazos del dueño.

Montar en avión

Si tienes que hacer un viaje y quieres llevarte a tu mascota, ahora también puedes. “El transporte de animales domésticos suele crear gran confusión, principalmente porque el transporte se tiene que hacer de forma necesaria, forzado por las necesidades de la vida, porque se tiene que cumplir una normativa específica y porque se requiere una documentación concreta por parte de las aduanas, los veterinarios y las compañías aéreas”, aseguran desde Animales por Avión, especialistas en este tipo de trayectos.

Las mascotas, una vez que entran en las instalaciones de la compañía aérea y son llevadas a la zona habilitada para animales, con veterinarios y personal especializado, asumen su situación y se quedan muy tranquilitos. Otra duda bastante común consiste en encontrar el trasportín adecuado para el viaje, en función del tipo de animal, de su tamaño y de las características que piden las compañías aéreas.

Como puedes comprobar, son todas acciones del día a día que hay que saber controlar para no tener problemas con nuestras mascotas. ¿Tienes alguna duda más?

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