Cambiar de país es sinónimo de cambiar de vida por completo. Cambiamos de amigos, de trabajo, pasamos a estar alejados de nuestras familias, cambiamos incluso de moneda o de franja horaria. Todo en este tipo de casos es nuevo para nosotros y, aunque eso suele ser un reto muy bonito para muchas personas, está claro que también implica una serie de consecuencias para otros. Consecuencias que pueden ir más allá de lo meramente físico y tangible y que pueden encontrarse mucho más en el aspecto psicológico.
A muchas de las personas que se han tenido que marchar de nuestro país durante estos años en los que ha sido bastante complicado encontrar trabajo en España les ha ocurrido esto que hemos comentado. Realmente es muy difícil empezar de cero y adaptarse a todo lo que implica una nueva vida. Pues bien, todas aquellas personas que vienen a España se encuentran en la misma situación. Y, además, si tenemos en cuenta que proceden de países pobres o en los que hay una dictadura y que tienen a parte de su familia en estos países, los problemas psicológicos pueden ser todavía más grandes.
Un artículo publicado en el diario El País informaba de que los tres países que encabezan la inmigración en España son Marruecos, Venezuela y Colombia. Y son muchas las personas de dichas nacionalidades que sufren con el cambio. Los pertenecientes a las dos últimas por la distancia que les separa de sus familiares y los marroquíes a causa del cambio cultural tan grande que existe entre nuestro país y el suyo a pesar de lo cercanos que se encuentran unos de otros.
Sin embargo, la comunidad que está creciendo de una manera más grande en el interior de nuestras fronteras está claro que es la china. Es un dato al que hemos tenido acceso gracias también a una noticia de El País, que anunciaba que la comunidad china en la capital se ha triplicado en apenas dos años. Son precisamente los chinos los que peor llevan ese cambio cultural que supone viajar desde su país hasta el nuestro. El cambio es tan abismal que es bastante complicado adaptarse al modo de vida español de una manera rápida.
España es un país que, en materia cultural, difiere una auténtica barbaridad de otros. Incluso se da el caso de que en el interior de nuestras fronteras tenemos varias culturas que se encuentran regionalizadas y que difieren por completo de la que tienen al lado. Esto provoca un shock bastante grande entre todas aquellas personas que, viniendo de países como China, tratan de adaptarse a nuestro entorno. Maribel Paz, una psicóloga del barrio de Salamanca, especializada en terapia contra la ansiedad en Madrid, nos ha comentado que son muchos los clientes chinos que han acudido hasta su consulta en los últimos meses con problemas de este tipo.
¿Qué podemos hacer para paliar esto?
Esta es una muy buena pregunta, pero que no es en absoluto fácil de resolver. Según nos ha comentado la propia Maribel Paz, la solución pasa por la integración. Si nos fijamos, vemos como a la comunidad china es una de las que más sufre en lo que tiene que ver con la integración con su entorno actual, dentro de España. Solucionar ese problema sería clave para que esos problemas psicológicos desaparecieran y estas personas pudiesen ser felices en España.
Pero, para ello, hace falta la colaboración de la propia comunidad española, algo que no siempre es fácil ya que mucha gente se niega a colaborar en este aspecto. Desde luego, nos encontramos con un problema social y cultural de primera magnitud y lo cierto es que sería recomendable que, para una vida lo más cómoda y feliz posible para todo el mundo, todos y cada uno de nosotros y nosotras colaboráramos en todo lo que nos fuera posible.
Todas aquellas personas que hayáis vivido en China o que tengáis a algún familiar que resida allí sabréis de primera mano que el cambio es muy grande y que es evidente que se necesita ayuda para tratar de adaptarse a una realidad que es completamente diferente a la que estamos acostumbrados. Al revés esa situación, como es lógico, también se da. Y tenemos que hacer todo lo posible por ayudar. Y hemos de hacerlo con chinos, venezolanos, colombianos, rumanos y con cualquier nacionalidad. Somos un país hospitalario y tenemos que seguir demostrándolo día a día.