No hay cosa que culturice más a un ser humano que leer. La cantidad de historias, aprendizajes, experiencias y demás cuestiones que pueden ser absorbidas gracias a la lectura son de tal envergadura que la diferencia entre practicarla y no se convierte en la principal diferencia entre una persona que realmente es culta y otra que no. Es así de simple. El nivel cultural de una persona se mide en muchas ocasiones por el volumen de páginas que ha leído a lo largo de su vida y es una de las principales varas de medir para adquirir una vida provechosa y, cómo no, un trabajo.
Un artículo publicado en un blog llamado El Petirrojo hizo hincapié en que leer es una acción que tiene una enorme cantidad de beneficios para el ser humano. Algunos de ellos son que leer desarrolla habilidades tan importantes para las personas como la imaginación o la creatividad. En segunda instancia, leer hace que nuestro vocabulario aumente de un modo considerables, lo que es el factor principal del enriquecimiento cultural de una persona. Otro de los beneficios, pero claro está que no el último, es el hecho de que leer culturiza y que nos permite ser mucho más sociables.
Sin embargo, y sin salir de ese artículo, hay una referencia en el primer párrafo que llama la atención de un modo poderoso. El texto comienza con una frase de Juan Domingo Argüelles que decía de manera literal que “si la lectura fuese condición para la felicidad, la mayor parte de la humanidad viviría y moriría infeliz”. Esta frase hace que nos replanteemos varias cosas: ¿Lee lo suficiente el ser humano? Hablando de un modo más territorial: ¿Leemos lo suficiente los españoles? La verdad es que la respuesta a esas preguntas parece más bien negativas.
Que los seres humanos y los españoles no leamos lo suficiente y tengamos serios problemas, en muchos casos, para culturizarnos, es una de las cuestiones que hacen que haya defectos graves en cuanto al conocimiento del mundo que nos rodea dentro de nuestra nación. Y estas son cuestiones que afectan de un modo muy grave, en especial, a nuestros jóvenes. La educación es la gran baza que tenemos en nuestro país para paliar todos esos problemas y lo cierto es que, según ha informado recientemente Ediciones Aljibe, es desde este sector desde el cual se están poniendo, a través de la compra de libros, los medios para que los más pequeños hagan de España un país que esté a la vanguardia en lo que a formación y cultura se refiere.
La participación juvenil, un arma más necesaria que nunca
Hemos hablando de la importancia que tiene que los jóvenes comiencen a tomar la batuta en lo que a cultura se refiere. En ese sentido, España está de suerte. Las nuevas generaciones que tenemos ahora en nuestro país son las más preparadas de nuestra historia. Saben idiomas, informática y conocimientos útiles. Podemos decir, sin ningún miedo a equivocarnos, que tienen el arma para que, de una manera o de otra, obtengan el suficiente valor cultural para encontrar un buen empleo y convertirse en personas de provecho.
La página web de la Unión Europea para España da buena cuenta de la importancia de dicha participación en diferentes cuestiones. El artículo hace incidencia en que la participación de los jóvenes en la sociedad es una opción para el futuro, una verdadera posibilidad de que los jóvenes comiencen a relacionarse con todo lo que hay más allá de las aulas, el mundo en el que se van a sumir dentro de muy poco tiempo o en el que ya se encuentran dentro.
Esa participación de los jóvenes se puede llevar a cabo de muchas maneras. Formar parte de una asociación es una de ellas. Es un medio muy bueno para, de hecho, hacer que esos jóvenes conozcan gente y den rienda suelta a todas esas habilidades sociales que han estado desarrollando desde que han sido niños. El tipo de asociación que sea ésta es lo de menos. Puede ser recreativa, puede ser deportiva (la cantidad de amistades que se generan jugando a algo con personas de otros municipios o países es increíble) o religiosa. Lo importante es que sirvan para unir y formarse.
Si eso va unido a la lectura que hemos comentado en la primera parte del artículo y que en España parece que avanza aunque a pasitos pequeños, estaremos en el buen camino. No hay nada que pueda parar a una persona que además de ser culta es sociable. Su potencial es grandísimo y, además, si sigue leyendo seguirá creciendo. Hay que apostar por esto porque será en beneficio de todos nosotros. Leer es mucho más que un hobby. Es una necesidad. Una verdadera oportunidad de vivir la vida de un modo intenso y feliz.