Una buena salsa de tomate, porqué no. Acompaña todo, todos los platos se mejoran y potencian con una brillante y suculenta salsa de tomate. Gusta a todo el mundo, los niños y los grandes. Acompaña bien unos huevos fritos, unas patatas fritas, un arroz blanco, un guiso con carne, o un pescado. Es indispensable que el tomate frito haya tenido su tiempo de preparación, su lento ebullir, su sofrito con cebolla y/o ajo (esto es opcional), sus hierbas frescas…