Ibiza en los años 70 fue uno de los grandes exponentes del movimiento hippie y fue así, inspirándose en los vestidos de las Pitiusas como fue naciendo un estilo eminentemente autóctono que fue cautivando a los recién llegados a la Isla.
Una de las responsables de internacionalizar este estilo fue Smilia Mihailovich, princesa serbia que impulsó esta forma de vestir por medio mundo.
De este modo, y casi sin darse cuenta la isla pasó a formar parte de todo un referente en la moda llamada “ibizenca”. Este look ibizendo fue ganando adeptor por su naturalidad, elegancia y sentido de libertad.
El gran protagonista de este estilo es el color blanco y el uso de tejidos ligeros, además del uso de los complementos adecuados que terminan de darle ese toque de glamour al estilo; ya sea con el uso de flores en el pelo, sombreros de paja, grandes brazaletes, collares, pendientes largos, volantes y encajes para los vestidos.
La joyería también da un punto especial a la sencillez de la indumentaria, desde los anillos a los collares o la selección del calzado, donde se suele apostar por sandalias planas de diferentes estilos y tendencias.
La Moda Ibicenca más allá de Ibiza
No es de extrañar que la popularidad de este estilo se extendiera con rapidez y también tenga diferentes distribuidores online. En Hhg disponen de un amplio catálogo de vestidos ibicencos con sus característicos tejidos livianos y el blanco como color estrella, si bien también podemos distinguir vestidos con colores vivos y diferentes tipos de estampados.
De hecho diseñadores de lo más variado reinterpretan el estilo con frecuencia, desde Dolce & Gabana, Calvin Klein, Ralph Lauren, Lanvin, Givenchi, hasta diseñadores de la propia isla como Eva Cardona, Charo Ruiz o Kathia Alves que juegan con esta tradición ibicenca para reinterpretarla y jugar con sus tejidos y estilo más tradicional.
Manteniendo eso sí, las premisas básicas del estilo, donde es siempre clave ese juego de sencillez y delicadeza.
Al fin y al cabo, es un estilo claramente influenciado por la climatología de la isla, pensado para no sufrir pr las altas temperaturas y poder llevar el calor con toda la elegancia posible.
Vestidos que van desde cortos a largos, chalecos y shorts, así cmo faldas largas que son los clásicos que no nos pueden faltar en nuestro estilo más ibizenco.
A día de hoy, no hay necesidad de visitar la hermosa isla mediterránea para admirar este estilo en cualquier ciudad, una vez llegado el verano.
Esa libertad a la hora de vestir y ligereza ibizenca se ha exportado más allá de la isla y todo tipo de personas se suman a este estilo cuando empiezan a subir las temperaturas.
De hecho, el clásico vestido blanco ibicenco es un atuendo que todo el mundo debería tener en su fondo de armario. Podemos sacarle un gran partido sobre todo cuando es el clásico vestido ibicenco, de tejido natural, trabajado artesanalmente con bordados, volantes y encajes, con el color blanco como el protagonista principal.
Lo mejor es que no importa el tiempo que pase, más de 45 años desde su aparición sigue siendo una apuesta segura. Ya sea el vestido clásito o una reinterpreación más moderna de su diseño original.
Son muchas las celebrities a las que ha enamorado este estilo, desde Anita Pallenberg a Jane Birkin o
Kate Moss , entre otras.
En palabras de Charo Ruiz “De Ibiza me inspira el estilo de vida, el contacto con la naturaleza, la calidad de sus aguas y su aire, su gente cosmopolita y, sobre todo, los momentos con mi familia y amigos” detalla en una entrevista a la hora de referirse a la autenticidad y singularidad de este estilo.
En este sentido, señala cómo el vestido ibizenco, para distinguirse del que no lo es y solo lo parece reúne una serie de rasgos imprescindibles, como son la comodidad, la fabricación con tejidos nobles de máxima calidad, su atemporalidad, así como que resulte favorecedor y femenino.
Ese toque de color impecablemente blanco y que cuente con decoraciones como bondas, troquelados o encajes artesanales.
Estas, son las principales características para distinguir un auténtico vestido ibicenco del que solo lo parece.