Casi todo el mundo con el que hablas que quiere hacer reformas en su vivienda te habla de la cocina, del baño o del salón-comedor y eso está muy bien. Todos queremos tener un baño tipo spa, o una cocina amplia con espacio de almacenaje donde cocinar las mejores recetas pero la realidad es que una de las estancias que más importan en una vivienda es el dormitorio y a veces no le hacemos ni la mitad del caso que merece.
Nuestra habitación o dormitorio es el espacio en el que curamos nuestro cuerpo del cansancio del día. Lo usamos para dormir, algo que necesitamos para seguir con vida, pero también para el descanso, para disfrutar de nuestra intimidad, para pasar enfermedades en cama e incluso algunos para ver una película a última hora de la noche tapados con las mantas hasta el cuello en pleno invierno así que, ¿por qué no darle la importancia que realmente tiene?
Un dormitorio que cumpla su función de modo óptimo no puede estar desordenado, repleto de adornos o tener una falta de eficiencia pues en ese caso nuestro descanso no sería el adecuado. De hecho, se han estudiado casos de personas que sufrían de problemas de insomnio y estrés que han mejorado su calidad de vida solo por cambiar la decoración de su habitación y algunos hábitos que tienen en ella.
Climatización
Para empezar, la temperatura de la habitación ha de ser perfecta para dormir, es decir, que dependiendo de nuestra preferencia y comodidad, de si estamos en verano o invierno y del clima externo hablamos de tener una temperatura que oscile entre los 20 y los 28 grados. Tal y como afirma Alejandro Ferré en el diario ABC, “El espacio nunca debe superar los 28 grados para que el descanso sea correcto en verano, por tanto el sistema de refrigeración es muy importante”.
No obstante, 28 grados ya es una temperatura muy elevada para muchos de nosotros y, de hecho, por encima de los 26 ya son muchos los que tienen problemas para conciliar el sueño. En bebés, niños y personas mayores podríamos hablar de problemas graves, e incluso de muerte súbita, por encima de esa temperatura, de ahí que muchos pediatras afirmen que, ante la duda, es mejor que un bebé pase frío a que pase calor.
Pero ¿qué podemos hacer para conseguir una temperatura estable y dentro de los márgenes en nuestro dormitorio tanto en verano como en invierno?
Pues antes de nada hay que ir a lo básico, el aislamiento. Un dormitorio con cerramientos anticuados perderá calor, o frío, a través de los mismos así que es primordial contar con unas buenas ventanas de PVC. Los expertos de La Ventana Perfecta aseguran que aunque siempre es ideal conseguir unos cerramientos aislantes tanto de la climatología como del ruido de la calle para toda la vivienda, en el dormitorio esto cobra más importancia por lo que si el presupuesto no llega para toda la casa por igual, recomiendan la instalación de ventanas de PVC de primera calidad con triple cristal aislante para los dormitorios y bajar un poco dicha calidad en el resto de las habitaciones.
Temperatura óptima:
- Verano: entre 23 y 26 grados.
- Invierno: entre 18 y 21 grados.
Los colores
Los tonos que nos rodean son lo último que vemos por la noche antes de cerrar los ojos para dormir y por eso pueden afectar a lo que ocurrirá en nuestro cerebro y nuestro cuerpo en las horas siguientes. De ahí que sea tan importante tener bien claro cuál será el color de las paredes de nuestro dormitorio e incluso de la decoración del mismo.
Lo más importante es evitar los colores intensos. Puede que sean colores perfectos para la sala de juegos de los niños, incluso para alguna otra estancia en la que no pretendamos descansar demasiado, pero no para el dormitorio. Por tanto, lo mejor es utilizar colores que producen paz y relajación como los tonos pastel de azul, verde, amarillo y lila, o bien usar tonos neutros como el gris muy claro o el blanco.
Si te gusta el color rojo (u otro color así de vivo) tal vez puedes utilizar tonos neutros para toda la habitación y luego colorar un par de adornos “retirables” en color rojo como, por ejemplo, un par de cojines decorativos sobre la cama que apartaremos de nuestra vista para dormir o incluso un cuadro que tenga algún matiz en rojo sobre la cabecera de nuestra cama ya que éste es un espacio que no vamos a estar viendo cuando nos metamos a la cama (a no ser que tengas un espejo justo frente a ti).
Ten en cuenta que el color rojo se considera el más excitante de la paleta de colores así que no debería ser el que predomine en un dormitorio.
Colores ideales:
- el rosa es un color relajante que nos ayuda a dormir, combate la ansiedad, la inquietud y el pesimismo.
- el violeta favorece el sueño pero, ojo, si es muy intenso genera impaciencia.
- el marrón, que encontramos de forma natural en materiales como la madera o el cuero, transmite equilibrio y serenidad y nos hace sentir cómodos y seguros.
- el gris es un color neutro que se asocia con la tranquilidad y la ensoñación, aunque también con la tristeza.
- el blanco es el color de la limpieza y la higiene, aporta luminosidad y hace más grandes los espacios.
- el azul promueve la relajación.
- el verde pastel es relajante y favorece la concentración.
Los muebles
Una habitación desordenada o mal organizada provoca estrés en nuestro cerebro e incluso agobio a la hora de irse a dormir, por eso nuestra habitación debe tener suficiente espacio de almacenaje como para tener todo guardado y ordenado pero, al mismo tiempo, debe darnos sensación de amplitud por lo que tampoco podemos llenarla de cajoneras. Conclusión, nuestro dormitorio debe tener el número mínimo de muebles que sean suficientes para tener todo organizado, así de simple.
Si con una cajonera y un armario podemos guardar todo lo que necesitamos no debemos instalar otra cajonera más por si acaso, pero siempre será mejor tener dos cajoneras y todo ordenado que una sola con montones de ropa encima de la silla.
Los expertos de Tua Casa recomiendan instalar siempre lo básico de un dormitorio (armario, mesita de noche, cama y cabecero) y poner muebles auxiliares únicamente en caso de que nos sean realmente necesarios (cajoneras, zapateros, cómodas, etc).
Adornos y objetos
Antes de nada he de matizar que para un correcto descanso los expertos recomiendan no tener aparatos en la habitación, ni televisores, ni móviles, ni tablets y ordenadores. Y por supuesto, no debemos utilizarlos media hora antes de irnos a dormir. No obstante, muchos de nosotros disfrutamos de una buena película metidos ya en la cama por lo que pasaré esto por alto sabiendo que no es lo adecuado.
Si consigues un dormitorio zen la buena energía fluirá tanto de día como en el momento del descanso. Sigue estos consejos y tendrás un dormitorio que te asegurará un buen sueño:
- El orden. Una habitación donde impera la armonía facilita la conciliación del sueño, para encontrar la paz y ofrecer un descanso profundo y reparador. Un espacio arreglado, donde cada detalle está en su sitio.
- La mesilla de noche. Debe de tener solo lo que necesites, pero hay que intentar no llenarla con objetos, libros, cables.
- La disposición de la cama. La cama es el mueble que debe de protagonizar el dormitorio y su colocación influye mucho en nuestro sueño. El feng shui da una importancia vital a este aspecto: mientras se duerme todos nuestros sentidos se reducen, pero el instinto de conservación mantiene la vigilancia sobre los lugares de acceso, puerta y ventana. Lo ideal es que estén en los frentes y laterales de la cama y no salgan de nuestro campo visual. El cabecero debe estar apoyado sobre una pared firme. Una cama atravesada a la puerta producirá un descanso inestable, con altibajos. Es bueno que la cama tenga cabecero o algo que proteja la parte superior, para brindar seguridad y un buen descanso. Una buena montaña protectora a los pies de la cama, banco, etc., también ejerce de barrera de seguridad. Es mejor que detrás de la cama, al igual que ventanas, no haya espejos. Dos espejos enfrentados en la habitación crearán una corriente de energía negativa.
- La puerta. Si un pasillo largo llega hasta la puerta de la habitación, es mejor dormir con ésta cerrada. El flujo de energía que trae es fuerte y puede alterar el sueño. Lo que también se debe de evitar es dormir con la puerta a espaldas de la cama.
- La puerta del baño. Si hay baño dentro del dormitorio la puerta debe permanecer cerrada por la noche, durante las horas de descanso.
- En el dormitorio hay que evitar láminas, óleos y figuras relacionadas con el agua. Según la teoría del feng shui el agua agudiza los problemas de alergia, asma y otros de tipo respiratorio.
¿Te atreves a redecorar tu dormitorio con toda esta información y personalizarlo siguiendo nuestros consejos? Cuéntanos cómo ha quedado después.